Usualmente los líderes alientan a sus colaboradores a que se tomen el tiempo para cuidar de sí mismos y sus familias, pero no lo hacen consigo mismos; olvidan que también son parte del equipo y que el autocuidado es fundamental para ellos.

No son pocos los desafíos de un líder hoy en día. Dando por descontado que debe velar por los resultados, también se le pide mantener a su equipo alineado, comprometido y feliz, haciendo que los miembros de su equipo se sientan valorados y listos para dar la milla extra. 

No suena a trabajo fácil y, francamente, no lo es. A los líderes, se les refuerza constantemente la idea de que el equipo [es decir las personas] es prioridad. Pero ¿No son los líderes parte del equipo también? ¿no es razonable pensar que, así como deben cuidar de las personas, no deben olvidar su propio bienestar? Así es, tal como intencionamos que los miembros de nuestros equipos estén bien, los líderes también debemos estarlo.

Un líder eficaz es un modelo a seguir, un faro en la cultura, y si tomamos esto como cierto se hace muy relevante preguntarse qué ejemplo se está dando en el ámbito del autocuidado. ¿Qué comunica implícitamente un líder estresado, agobiado, demacrado o sobrepasado por la realidad? Sin duda hay muchas interpretaciones posibles, pero seguramente ninguna es positiva. 

Aquí, vamos a citar a la gimnasta olímpica Simone Biles, quien dijo sobre su retiro de los juegos olímpicos de Tokio 2020: “Necesito ponerme primero para asegurar que me estoy cuidando. Solo entonces seré un jugador de equipo efectivo”.

Hemos dicho que los líderes son un ejemplo, un faro, quiéralo o no. Esta es una responsabilidad que no se vende por separado. No es opcional. Entonces, si queremos generar una cultura de trabajo efectiva y saludable, debemos procurar ser organizados con las tareas y tiempos, administrar sabiamente la respuesta de correos y mensajes, generar espacios de trabajo colaborativo y apoyarse en el equipo. Por ejemplo, ¿Cómo podemos esperar que los integrantes del equipo se vayan a la hora sin culpa, si los líderes se quedan hasta tarde todos los días?

Un líder no es superman o la mujer maravilla. Ya pasaron los tiempos donde se esperaba que el líder tuviera todas las respuestas y tomara todas las decisiones, hoy se espera que un líder busque apoyo en otros. Aunque sean los capitanes del barco, no tienen que hacer el trabajo solos; delegar tareas y entregar autonomía a los colaboradores es una manera efectiva y afectiva de cuidar a los demás, hacerlos sentir valorados, empoderados y de cuidarse ellos mismos.

En resumen, y aunque suene obvio, ser líder no es ser una máquina. El líder se cansa, se inquieta, se angustia cuando las cosas se ponen difíciles. Lo que probablemente haga la diferencia es que el líder no tiene espacio para no hacerse cargo, ya que es ejemplo y faro de la cultura.

Equipo HuX