Muchas veces acompañé a mi antiguo jefe a dar charlas sobre liderazgo. Me sabía de memoria su guión, pero aún así había historias que no sólo me hacían reír denuevo, si no que siempre había algo que me seguía sorprendiendo.
Uno de los ejemplos que usaba bastante era el siguiente: “¿si tienes un colaborador con todo su brazo enyesado, le pedirías que rinda lo mismo que siempre en el trabajo?”. La audiencia respondía de forma segura y hasta orgullosa, que no.
Así, y medio desafiante, mi exjefe les decía: “¿…entonces, las personas que están estresadas o deprimidas tienen que enyesarse la cabeza para que seamos considerados con ellos/as?”. Ahí, las caras cambiaban, miradas vacilantes, algo incómodos y menos respuestas. No era que no supieran, si no que parecía que habían recibido una cachetada en la cara que traía quizás, un buen cuestionamiento a su forma de liderar. Pareciera que es muy frecuente que subestimemos –o que de frentón omitamos– lo que le pasa a las personas a nivel psicológico.
Recientemente Gallup, después de encuestar a miles de personas en más de 160 países, incluido Chile, ha publicado un informe sobre “El Estado del Trabajo en el Mundo” durante lo que va de 2022, y claramente, parece otra cachetada para los líderes y a todos quienes trabajamos en Gestión de Personas.
Sólo el 26% de los trabajadores chilenos se sienten comprometidos con su trabajo, 43% de los chilenos responde que sintió MUCHO estrés el día anterior a la encuesta, 46% refiere MUCHA preocupación, 17% MUCHO enojo y 22% MUCHA tristeza. Así, podemos concluir que los niveles de estrés de los trabajadores están en sus niveles más altos en, al menos, los últimos 15 años. La preocupación, el enojo y la tristeza están varios puntos sobre los niveles evaluados antes de la pandemia. Un último dato: sólo el 4% de los trabajadores encuestados en Chile señalaron que se sintieron tratados con respeto el día previo a la encuesta.
Sin duda el panorama es difícil para quienes tienen un cargo de liderazgo; mientras muchas organizaciones están empujando el retorno a la presencialidad, o instalando una modalidad de trabajo híbrido, los y las trabajadoras resienten emocionalmente el entorno en el que se desenvuelven, sea cual sea el formato. Por otra parte, los líderes se ven desafiados a poner a trabajar sus “habilidades blandas”, pese a que también están muy cansados y algo golpeados por los numerosos y disruptivos cambios que una y otra vez golpean su puerta.
Aquí es cuando se nos invita a abrir la mente a otro tipo de relato: ¿qué significa hablar de compasión y esperanza en un contexto organizacional? Significa mucho. Es ir a un lugar que no exploramos frecuentemente, y que hoy está significando herramientas claves en la Gestión de Personas.
Los líderes están siendo invitados –cuando no empujados– a cambiar la forma en que conversan e interactúan con su equipo; hoy se hace más necesario que nunca, abrir espacios para que las personas se expresen con apertura y así ayudarlos a lidiar con sus responsabilidades personales mientras trabajan. Sentir apoyo en el trabajo para lidiar con la vida personal, sin duda, ayuda a sentir más control sobre cualquier otro aspecto de ésta.
Para avanzar en esta línea, algunas ideas que te pueden servir son:
- Cuida y promueve la seguridad psicológica en tu equipo: cada uno debe sentirse en paz y acompañado respecto de quien es, sus necesidades y sus desafíos.
- Deja que las personas tomen decisiones y permite que aporten ideas sobre el diseño de su trabajo.
- Propón a las personas que lideren ciertos desafíos. Invítalos a proponer ideas y asumir riesgos.
- Trabaja sobre tu idea de flexibilidad: ser flexible no es “dar permisos cuando lo necesitan”, sino adaptarnos y comprometernos genuinamente con las nuevas necesidades e inquietudes que surgen.
- Enfrentar conversaciones difíciles con confianza, que no es otra cosa que comunicarse con honestidad y con la saludable disposición a mostrarse vulnerable.
Si eres líder, te dejo un último mensaje: sé que has tenido mucho trabajo, y sé que muchos en tu equipo, incluído tú, no lo han estado pasando muy bien últimamente. Sabemos que hay demasiada gente que vive esperando el fin de semana, mirando el reloj avanzar lentamente y termina por ver el trabajo como un cheque a fin de mes.
Considera que lo que más ayuda en tiempos como estos no es el conocimiento técnico, sino un trabajo colaborativo que permita encontrar la fuerza y la creatividad necesaria para avanzar, y así como nos preocupan indicadores como la inflación, el desempleo, la delincuencia o el crecimiento del PIB, ¿será necesario que empecemos a darle más pantalla a indicadores igual o más relevantes que nos expresan el deterioro de nuestra salud mental en el trabajo?
Hay cosas que puedes hacer y no esperes que una encuesta de clima o engagement te pegue una cachetada para recordar que somos personas trabajando con personas, y no es necesario ponerse yeso en la cabeza.
Javier Pumarino
Jefe de Proyectos en HuX Consultores