Para una gran mayoría de las personas, la pandemia ha sido un temazo. Esta no es sólo una sensación, si no que diversos estudios hablan del efecto que ha tenido en las personas en distintos niveles. Estudios de la ACHS y UC en abril de este año señalaban que el 46% de las personas en Chile había deteriorado su estado de ánimo, 33% tenía problemas de salud mental y 47% mostraba síntomas depresivos, entre otras cosas.
A casi tres meses de ese estudio, los indicadores de contagios y fallecidos han ido mejorando, y con ello las medidas adoptadas se hacen más flexibles; muchas organizaciones ya están volviendo a trabajar de forma semipresencial pensando en ir, paulatinamente, volviendo a lo presencial.
Si bien el encierro en casa trajo algunos obstáculos al bienestar y productividad, principalmente en quienes tenían personas al cuidado (niños, adultos mayores), la vuelta a las oficinas, no necesariamente va a ser una experiencia opuesta y ciento por ciento grata. Hay algunas cosas importantes que debemos cuidar:
- Nos estábamos acostumbrando. Con las medidas flexibilizadas, algunos escolares ya volvieron a clases y el tiempo para los que son padres era mayor, disponía de menos distracciones y demandas, por lo mismo, la casa volvía a ser un lugar cómodo. Parecido ocurre con los horarios y hábitos. Volver al trabajo presencial o semipresencial puede significar un nuevo desafío de adaptación y de dejar hábitos que ya estábamos asimilando. La flexibilidad de los líderes y equipos es clave para que esto no sea un nuevo trauma.
- Reajustar nuestro tiempo libre. El efecto del alto estrés sigue en números altos, pero ya estábamos tomando medidas para conciliar el tiempo laboral y personal. Por lo mismo, algunos pasatiempos con la vuelta a las oficinas, pueden significar volver a dejarlos en segundo o tercer plano. Es importante seguir haciéndonos el espacio para disfrutarlos.
- Siguen habiendo cambios en las empresas. Muchas de las áreas de las organizaciones con las que trabajamos en Hux Consultores han incorporado gente nueva, líderes que son nuevos en la organización o bien nuevos líderes que antes no lo eran. Otra parte de la adaptación es reconfigurar la cultura del área en el nuevo contexto, establecer prácticas o ritos que fortalezcan a los equipos pero no amarrados a los contextos anteriores pues hay distintos componentes.
En resumen, readaptarnos después de todo lo que nos costó puede traer frustraciones, nuevas situaciones de estrés o dificultad para retomar el buen ambiente y productividad en los equipos, pero el consejo, sigue siendo el mismo que dimos antes, frente a otros cambios: ser flexibles, abrirse a incorporar nueva información, bajar un cambio al ritmo para poder escuchar, leer el nuevo entorno, y tomar acciones coherentes con esos diagnósticos. Y por supuesto, frente a ello, probar, rediseñar, y tener paciencia para que este ajuste termine siendo una buena experiencia.
Estamos en una era de cambios, no es sólo un par de semanas o meses, por lo que se exige de nosotros que aprendamos a nadar en ellos, aprender eso sí, como en todo ámbito, requiere tiempo, paciencia y perseverancia, si sumamos a esto, la colaboración de unos con otros, es bien probable que termine siendo un aprendizaje más próspero que los anteriores.